Oración del ultra maratonista
Señor,
Cuida de mí cuando corro.
El precio que pagué por estar hoy corriendo fue
enfrentar el calor del verano, los vientos del
invierno y las subidas de las montañas.
Otros días y otras competiciones vendrán, pero este es
el día.
Señor,
Cuida mi cuerpo.
Manteniéndolo libre de lesiones.
Cuando corro, pueda el cansancio y el dolor ser
símbolos de victoria y no razones para frustraciones.
Que yo pueda admitir mis limitaciones, pero no aceptar
nada menos que mi potencial.
Señor,
Cuida de mi mente.
Que yo pueda ser inteligente cuando corra.
Que yo pueda estar atento a los avisos emanados de mi
interior, mientras disfruto del escenario externo.
Mantenme lejos de locuras en la largada, para que
pueda llegar con sabiduría.
Señor,
Cuida de mi espíritu.
Si, en el correr del tiempo, mi confianza comienza a
desaparecer, pueda los recursos que Tú me das,
Proporcionarme la decisión de forzar para seguir
adelante.
Recuérdame la corta duración de esta carrera y de la
propia vida, y de la victoria que me darás en la
llegada.
Señor,
Cuida de los demás competidores.
Mientras enfrentan los desafíos físicos, mentales,
emocionales y espirituales que todos nosotros tenemos
que pasar, que ellos puedan descubrir la paz y la
fuerza que yo descubrí a través de Ti.
Recuérdales que estamos luchando igualmente y que la
victoria personal es el resultado de Tú orientación.
Señor,
Cuida de los caminos y de las montañas.
Mientras intentan desafiarme, puedan también ofrecer
refugios.
Por favor permíteme buscarlos y dame tiempo para
disfrutar de la belleza sin límites que poseen.
Permíteme que las montañas me ofrezcan un test y un
desafío, pero también un pasaje por el cuál yo pueda
seguir con seguridad.
Que mientras corra rumbo a la cumbre, los caminos
puedan conducirme hasta donde quieras que yo vaya.
Señor,
Permíteme vencer.
No por llegar al frente de mis amigos, sino por
vencerme a mi mismo.
Permíteme ser un vencedor interno, una batalla ganada
contra uno mismo.
Señor,
Cuida de mí cuando corro.
El precio que pagué por estar hoy corriendo fue
enfrentar el calor del verano, los vientos del
invierno y las subidas de las montañas.
Otros días y otras competiciones vendrán, pero este es
el día.
Señor,
Cuida mi cuerpo.
Manteniéndolo libre de lesiones.
Cuando corro, pueda el cansancio y el dolor ser
símbolos de victoria y no razones para frustraciones.
Que yo pueda admitir mis limitaciones, pero no aceptar
nada menos que mi potencial.
Señor,
Cuida de mi mente.
Que yo pueda ser inteligente cuando corra.
Que yo pueda estar atento a los avisos emanados de mi
interior, mientras disfruto del escenario externo.
Mantenme lejos de locuras en la largada, para que
pueda llegar con sabiduría.
Señor,
Cuida de mi espíritu.
Si, en el correr del tiempo, mi confianza comienza a
desaparecer, pueda los recursos que Tú me das,
Proporcionarme la decisión de forzar para seguir
adelante.
Recuérdame la corta duración de esta carrera y de la
propia vida, y de la victoria que me darás en la
llegada.
Señor,
Cuida de los demás competidores.
Mientras enfrentan los desafíos físicos, mentales,
emocionales y espirituales que todos nosotros tenemos
que pasar, que ellos puedan descubrir la paz y la
fuerza que yo descubrí a través de Ti.
Recuérdales que estamos luchando igualmente y que la
victoria personal es el resultado de Tú orientación.
Señor,
Cuida de los caminos y de las montañas.
Mientras intentan desafiarme, puedan también ofrecer
refugios.
Por favor permíteme buscarlos y dame tiempo para
disfrutar de la belleza sin límites que poseen.
Permíteme que las montañas me ofrezcan un test y un
desafío, pero también un pasaje por el cuál yo pueda
seguir con seguridad.
Que mientras corra rumbo a la cumbre, los caminos
puedan conducirme hasta donde quieras que yo vaya.
Señor,
Permíteme vencer.
No por llegar al frente de mis amigos, sino por
vencerme a mi mismo.
Permíteme ser un vencedor interno, una batalla ganada
contra uno mismo.
Que yo pueda decir en la llegada:
"Peleé una buena lucha."
"Terminé la carrera."
"Y mantuve mi fe."
Por Carmen Erdman y Jay Hodde
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